HASTA NAPOLE脫N Bonaparte se travest铆a. El hombre que cada a帽o enviaba 300.000 j贸venes franceses a la carnicer铆a se vest铆a de mujer en la intimidad de su dormitorio. Y Julio C茅sar era llamado “la reina de Bitinia” porque en sus relaciones homosexuales con el rey de Bitinia hab铆a ocupado “la parte interior de la cama”, esto es, hab铆a asumido la parte pasiva. El hombre que fue matando galos hasta llegar al mill贸n necesitaba hacer de mujercita con un miembro de su ej茅rcito cuando regresaba al campamento. Qu茅 mayor prueba de que la exigencia constante de masculinidad es imposible. ¡Ni Julio C茅sar ni Napole贸n pod铆an!